Con todo, Knievel fue un auténtico icono estadounidense de los años 70, pues se ganó al público al alternar sus espectáculos con mensajes dirigidos a la juventud sobre prevención contra las drogas. Además, impulsó la industria del juguete al reproducirse su imagen en figuras, relojes y máquinas del millón. Knievel dedicó sus últimos años de vida a la pintura y a un proyecto llamado Make a Wish Foundation, creado especialmente para niños que sufren enfermedades terminales. Falleció el viernes 30 de noviembre de 2007, a los 69 años, enfermo de diabetes y de fibrosis pulmonar.
Tres años después, el Museo Harley-Davidson ha querido evocar la memoria de Knievel con una exclusiva exhibición de piezas legendarias, que incluyen su preciada Harley XR-750, entre otros objetos personales, como fotografías, cartas o juguetes de coleccionista. Sin embargo, el plato fuerte de la exhibición es el cohete Skycycle X-2 en el que Knievel se subió con la intención de saltar sobre el cañón Snake River, en Idaho.
Según declaraciones de Hill Davidson, vicepresidente del museo, “Cómo tantos otros niños nacidos en la década de los 70, yo era un gran fan de Evel Knievel y estoy muy contento de llevar esta exposición a una nueva audiencia. El espíritu de Knievel está patente en gente de todas las edades y definitivamente, hay un pequeño Evel dentro de cada uno de nosotros, aunque algunos nunca hayan conducido una motocicleta”.
Esta exposición temporal permanecerá abierta hasta el 6 de septiembre y se ha podido llevar a cabo gracias a los archivos de Harley-Davidson y la colección de la familia de Knievel. Sin duda, una parada imprescindible en la mítica ruta 66, que miles de harleros recorren cada verano.